"Nos hemos enrolado en una causa sana.
Marchamos al ritmo de la evolución que el mundo señala. Por eso, en el futuro
seremos Invencibles. Nuestra causa está ganada. Necesitamos que los
trabajadores se mantengan unidos y fieles a su propia Causa para consagrar
definitivamente en los hechos esta Victoria que en germen ya tenemos
conquistada. No importa quien nos combata, ni las armas que emplee. Ellos
podrán prolongar la lucha, pero no han de lograr impedir esa Victoria que
palpamos y que hemos de cristalizar cualesquiera sean los inconvenientes que
debamos vencer, porque tenemos la Verdad por escudo, y quien marcha con la
verdad no necesita espuela.
Dije
hace dos años, frente a la primera concentración obrera, que habiamos realizado
una Revolución que tenía un contenido filosófico que habría de realizarse. Hoy,
ante esta asamblea de hombres de trabajo, honrados y libres, podemos decir que
esa afirmación se ha cumplido, y que la Revolución del 4 de junio está en el
Pueblo, y cuando una revolución ha llegado a ser del pueblo, no hay fuerza
capaz de detenerla. Por eso afirmo, absolutamente persuadido, que nuestra
revolución ha triunfado y que nuestra Causa, siendo la causa de la Verdad, de
la Justicia y de la Sinceridad para el pueblo, ha de imponerse, pese a quien
pese y cueste lo que cueste.
Es
menester que los Argentinos se convenzan de que esta revolución ha triunfado;
que no aparezcan los vergonzantes de la revolución; los que se escudan detrás
de la vergüenza de su propia cobardía para disfrutar mañana de beneficios a los
que no tienen derecho por haberlos logrado a costa de la explotación de la
buena voluntad de los trabajadores.
Es
necesario, asimismo, que los trabajadores comprendan que estas conquistas que
han obtenido y las aspiraciones que alientan, sólo se realizarán si ellos se
mantienen unidos, pues su unidad representa una fuerza incontrastable en el
país. En cambio, trabajadores dispersos, disociados y desunidos, son la carne
de explotación y de la miseria.
Ruego a Dios que esta comprensión de la masa laboriosa del país sea una
columna vertebral del Pueblo Argentino, que los ciudadanos dejen atrás una
mezquina idea de un aprovechamiento personal. Nosotros pudimos elegir entre el
camino fácil y abierto que nos presentaba la oligarquía y la senda enmarañada
de luchar por una mayor Justicia Social. Elegimos lo difícil porque detrás de
ello estaba la verdad y la razón, y despreciamos la otra ruta porque sabíamos
que encubría la mentira y el engaño.
Sabemos que estamos combatiendo contra
fuerzas poderosas, nunca más poderosas que hoy, porque nunca fueron más ricas.
Pero combatimos con armas leales y de frente contra toda especulación, contra
todos los que venden y compran al país, buscando que el futuro de la Patria se
asegure con la honradez política, con la honradez económica y con la equidad en
la distribución social de la riqueza.
Finalmente, agradezco a los trabajadores esta amable demostración y no
deseo abandonar esta tribuna sin hacerles llegar este consejo: ustedes y
nosotros, unidos, SOMOS INVENCIBLES.
Manténganse firmes y perseverantes, y hemos de Triunfar irremisiblemente.
Discurso del 3 de Octubre de 1945 ante miles
de Obreros Ferroviarios en Remedios de Escalada.

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