El 17 de diciembre de 1946 se firmó el contrato de compra-venta de los ferrocarriles de capitales franceses en Argentina. El acuerdo fue realizado por Miguel Miranda, presidente del Instituto Argentino de Promoción del Intercambio (I.A.P.I).
La compra de los ferrocarriles tenía como objetivo recuperar el control de las tarifas y de los ramales, lo que permitiría impulsar la actividad económica y el desarrollo regional. También se buscaba revertir la política de Gran Bretaña, que se consideraba que había ahogado la economía y el desarrollo nacional.
El 13 de febrero de 1947 se acordó el monto de la operación con los británicos, y se estableció un año para fijar las normas de pago. En 1948, el Estado argentino compró los ferrocarriles por 150 millones de libras, poniendo fin a casi 90 años de inversiones extranjeras en el país.